NOGUERALES FRAGUAS, FERNANDO
El origen de las universidades no deja de ser un hecho tan incierto como fascinante su estudio. El ser humano ha considerado la educación como una actividad imprescindible para su desarrollo. Con la evolución de los primitivos asentamientos hacia las ciudades, se toma conciencia de que las necesidades administrativas, jurídicas, médicas e incluso religiosas van en aumento por lo que se hace necesario incrementar los niveles educativos que permitan la formación de auténticos especialistas que den respuesta a las necesidades crecientes de una sociedad cada vez más compleja. Hay que partir de una base formativa que dé lugar a lo que llamamos educación superior y ésta solo se podía impartir en unas instituciones a las que se llamó Studium Generale y más tarde universidades. Ahora bien, es necesario plantearse algunas preguntas, ¿Qué condiciones socioeconómicas deberían cumplir las ciudades para ser asiento de una universidad? ¿Surgirían como evolución de estructuras preexistentes? ¿Cómo sería su organización? ¿Y su relación con los poderes civiles y eclesiásticos? ¿Cuál sería la preparación previa que debían poseer los alumnos? ¿Cuál la procedencia y formación de los profesores? A estas y otras preguntas, se trata de dar respuesta en la presente obra, tomando como hilo narrativo las corrientes educativas que concluirán con la fundación de las universidades en España.