JARITÓN DE VALAMO
Un monje ortodoxo del monasterio de Valamo, en la difusa frontera entre Finlandia y Rusia, fue recopilando durante años su peculiar filocalia. Pretendía trazar un mapa seguro que le ayudase a practicar la oración continua y a anticipar algunos de los peligros que acechan a quienes progresan en esta tarea, cuyo fin es la comunión con el Señor, con los hermanos y con uno mismo. Aquella selección de textos que a él le había resultado útil ha orientado después a muchos que se han acercado a sus páginas. No es la filocalia tradicional, sino una filocalia moderna que, sin olvidar a los grandes maestros antiguos, se nutre de genios de la espiritualidad rusa como Teófanes el Recluso e Ignacio Brianchaninov.