OESTERHELD, JORGE
Índice:
Para empezar, algunas anécdotas y una confesión
Primer paso
Anécdotas
El camino
Confesión
Aclaraciones metodológicas
Agradecimientos
1. Iglesias vacías
Espacios inquietantes
¿Fenómeno social o religioso?
Opciones personales
Un ejemplo: la homilía
Desconocimiento mutuo
La perplejidad y la indiferencia
Multitudes que plantean preguntas
Nuevas religiosidades
Límites imprecisos
2. Una Iglesia a la defensiva
¿Comunidad o institución?
La inquietud de los pastores
Un mensaje poco interesante
Los «pensamientos» de Dios
La fuerza de la debilidad
3. Agrandar la casa
Nuevas fronteras
Un límite diferente
«Voy a prepararos un lugar»
«¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!»
La novedad de este momento histórico
Dios es justicia
4. Cambiar la mirada
Otro punto de vista
Miedo a lo conocido
Mirar a los que buscan
Guiados por la conciencia
Sin otra luz
Mirar a los pobres
Magnificat
Mirar de nuevo
Para terminar, otra anécdota y más confesiones
Velas inútiles
Las iglesias y los templos
El objetivo de estas reflexiones es detenernos unos momentos a observar un fenómeno que, si es analizado en profundidad, puede ofrecernos piestas clave para el crecimiento personal y comunitario. Seamos creyentes, no creyentes, personas que no saben si creen o tengamos mucha fe, aunque también muchas dudad, sea que vayamos a misa todos los días, de vez en cuando o nunca, en cualquier caso, ¿qué nos dicen las iglesias vacías? Ya sean pequeñas chozas a punto de derrumbarse, inmensas catedrales repletas de turistas o parroquias clausuradas por una pandemia, siempre tendrán algo que decir a quienes están dispuestos a escuchar.