MONTE RISO, PIERINA
Quien me ve a mí, ve al Padre (Jn 14,9).
En Cristo se nos ha revelado el rostro misericordioso de Dios como Padre, y en Él hemos podido descubrir lo que significa ser hijos de Dios. Creer en Cristo es participar de la comunión filial con su Padre, pues ella constituye uno de los ejes fundamentales de interpretación de su ser y misión. La filialidad pasa a ser así la actitud esencial del discípulo.
Estas páginas, siguiendo la cristología de J. Ratzinger, quieren profundizar en la vida reveladora de Jesús como hijo: su conocimiento del Padre y su diálogo íntimo con Él, su entrega, obediencia, confianza y libertad filial, su doctrina y su mensaje. Este vínculo filial con el Padre define y sostiene nuestra vocación más propia a la plenitud del amor.
Ratzinger nos muestra que la fe recobra su fuerza originaria como vínculo personal inspirado en el amor. En este sentido, ser plenamente humanos significa ser plenamente hijos en el Hijo.