MAC FARLANE-BARROW, MAGNUS
«Cuando estaba intentando ayudar a la gente de Bosnia me enamoré de la caridad. Me cautivó. Ver cómo actuaban quienes la practicaban me hizo desear ser mejor persona. Desde entonces he seguido ese camino y me pregunto si me habré acercado más a mi destino. A pesar de todos los años que llevo matriculado en esta escuela de la caridad, sigo siendo un novato. Pero persisto, con el convencimiento de que Dios ama a los que se esfuerzan y de que la caridad está al alcance de todos». En una aldea de Malawi, mientras el amanecer despuntaba, formulamos nuestra pregunta clave a las mujeres que se habían ofrecido como voluntarias para preparar la comida de los niños de esa escuela: «¿Por qué hacéis esto?». Una mujer delgada y con una tímida sonrisa se aclaró la garganta y respondió en voz baja: «Porque lo llevamos en el corazón». Sin que se diera cuenta, su sonrisa fue creciendo como el sol que nacía en ese momento justo detrás de ella.