AIZPURUA DONAZAR, FIDEL
A los primitivos textos franciscanos, como a los Evangelios, se les puede aplicar el principio de insondabilidad: por más que se los lea, siempre se saca algo en limpio. Y es así porque encierran hondas experiencias de vida y de fe, que hacen que siempre guarden sorpresas y luces con las que alimentar el anhelo de quien ama la espiritualidad franciscana.
Las escenas que el hermano capuchino Fidel Aizpurúa presenta en este librito son, en gran parte, conocidas por toda persona que tenga algo que ver con el franciscanismo. También hay algunas más desconocidas, pero no menos interesantes. La lectura que se hace de estas escenas, no es una lectura piadosa. Es una lectura sencilla, elemental, breve, pero que tiene en cuenta las últimas investigaciones sobre los textos franciscanos. El autor pretende con ella abrir horizontes, enriquecer la comprensión del hecho franciscano, invitar, a partir de esta lectura breve, a lanzarse a una investigación más profunda en línea con lo sugerido.
El autor de este texto se identifica con el deseo de Francisco expresado al hermano León: «Hermano León, escribe». Eso es lo que se ha hecho con gusto y devoción. Que el hermano Francisco y Clara su hermana se vuelvan más atrayentes, si cabe, en la mediación de estas páginas humildes.