CONGREGACIÓN PARA LOS INSTITUTOS DE VIDA CONSAGRADA Y LAS SOCIEDADES DE VIDA APOSTÓLICA
Hermano es el nombre que tradicionalmente se ha dado al religioso laico en la Iglesia desde los comienzos de la vida consagrada. No le pertenece en exclusiva, ciertamente, pero sí le representa de un modo significativo en la comunidad eclesial en la que es memoria profética de Jesús-Hermano, quien declaró a sus segures: "Y todos vosotros sois hermanos" (Mt 23, 8).
Los religiosos hermanos, sintiéndose parte del Pueblo de Dios y de su misión, viven la llamada a ser memoria de la alianza por su consagración a Dios en una vida fraterna en comunidad para la misión.
La presente Instrucción ofrece una reflexión necesaria que quiere contribuir a apreciar la riqueza de las diversas vocaciones, especialmente en el seno de la vida consagrada masculina, con el fin de aportar luz sobre la identidad del religioso hermano y sobre el valor y la necesidad de esta vocación, para que sea bien comprendida y estimada en la Iglesia.