MANZONE, GIOVANNI
En nuestra sociedad, marcada cada vez más por el pluralismo intercultural, surge un problema aún más urgente y radical que el de la justicia: la crisis del sentido de vivir juntos.
Ante esto la contribución positiva que la religión ofrece parece no encontrar un espacio público. Se tiende a concebir la idea de Dios como opción legítima (o tolerada) de un sentimiento privado. ¿Está destinada la religión a salir definitivamente de la esfera del discurso de interés público? ¿Queda solo resignarse a la exclusión de la referencia a Dios en el comportamiento social de los cristianos?
La propuesta del autor consiste en evidenciar, dentro de la experiencia social, la presencia de la instancia originara de la proximidad o fraternidad como verdad incondicionada y que deriva en la promesa de la verdad peculiar de la fe.