GARCÍA MARTÍNEZ, FRANCISCO
Prólogo: Dejarse conducir a la profundidad cercana de DiosIntroducción: El camino de la oraciónCapítulo 1. Conformarse con la oración Ficha 1. Pedir el don de la oraciónFicha 2. Orar sencillamenteCapítulo 2. Orar oracionesFicha 1. Cuando oréis decid: PadrenuestroFicha 2. Una semana un salmoFicha 3. Orar oracionesFicha 4. Nada te turbe. Orar con Santa TeresaFicha 5. Recogerse y reconocerse en DiosFicha 6. Creo, Señor (Pablo VI)Capítulo 3. Orar pensamientos espiritualesFicha 1. Orar con los Padres del desiertoFicha 2. La confianza del corazón. Orar con el hermano RogerFicha 3. Orar con dichos de Santa TeresaCapítulo 4. Orar en el límite de las palabrasFicha 1. Oración centranteFicha 2. Orar con jaculatoriasCapítulo 5. Orar ante un icono Ficha 1. La cruz de TaizéFicha 2. Crucificado y perro, de Craigie AitchisonFicha 3. Tres encuentros con CristoFicha 4. La belleza de DiosCapítulo 6. Orar con los santosFicha 1. Orar en compañía de los santosFicha 2. Orar con las leyendas de los santosFicha 3. Orar con situaciones de la vida de Santa TeresaCapítulo 7. Orar con la EscrituraFicha 1. Tu palabra me da vida IFicha 2. Tu palabra me da vida IIFicha 3. Perseverar en la gloriaFicha 4. Vivir sencillamenteFicha 5. Seguir a JesúsFicha 6. Meditación sobre EfesiosFicha 7. Meditación sobre el ciclo de JoséFicha 8. El Señor bendice el mundo con nuestra vidaCapítulo 8. Orar con Jesús, de tú a túFicha 1. Jesús les preguntóFicha 2. Los silencios de JesúsFicha 3. Las llagas de CristoFicha 4. Esto es mi cuerpo, esta es mi sangreCapítulo 9. Orar en medio del mundoFicha 1. Ecos del mundoFicha 2. Los espacios de mi vida
Creemos que Dios nos habla de tú a tú en Cristo y que, con él, podemos entablar un diálogo desde la vida. Estas páginas buscan apoyar, guiar, profundizar, ensanchar la oración personal, la propia interioridad y nuestra relación con Dios.Para eso, se ofrecen distintas propuestas de oración en torno a un eje temático común y con gran variedad de itinerarios: algunos de unos minutos, otros de media o una hora de duración, de modo que puedas recogerte y abrirte a la escucha y el diálogo con Dios.
