MARIA, FELIX
La adoración eucarística, anclada en el suelo de la tradición católica, es uno de los elementos decisivos del caminar histórico del Pueblo de Dios tras la teinstauración litúrgica querida por el Concilio Vaticano II. Por medio de esta adoración, los bautizados expresan la centralidad de Cristo en sus vidas dejándose plasmar por la presencia real del Resucitado y son constituidos en fermento de contemplación para toda la Iglesia. En esta adoración eucarística, la alabanza y la súplica ocupan un lugar destacado.
Así lo encontramos expresado en el Ritual del culto a la
Eucaristía fuera de la Misa: «durante la exposición, las preces, cantos y lecturas deben organizarse de manera que los fieles, atentos a la oración, se dediquen a Cristo el Señor». De aquí la conveniencia de ofrecer unos textos para la alabanza y la súplica que puedan recitarse de manera comunitaria y personal en el momento que señala el Ritual.