MENDIZÁBAL, LUIS MARÍA
Cristo no sólo está vivo sino que sale a nuestro encuentro y en su carne gloriosa nos «toca» y nos cura todas las heridas y nos concede «vivir en Él». Esta es la realidad increíble que el Padre Mendizábal anuncia constantemente a través de sus meditaciones, ejercicios espirituales, conferencias, escritos, etc. ¡Cristo está vivo!¡Nos ha amado infinitamente con un corazón humano! ¡Venid a mí todos los que estáis cansados y os aliviaré! (Mt 11,28- 30). Él no sólo es consciente de nuestra contemporaneidad con Cristo sino sabe que «el corazón» es el núcleo de este misterio de Amor, el centro hacia donde deben confluir todos los anhelos humanos: corazón amoroso, corazón sensible, herido por nuestros pecados e infidelidades. Su luz potente anima a los esposos a vivir en el don de sus personas en el lenguaje del cuerpo. Esta misma lógica del don de sí despierta almas enamoradas que consagran su vida para reparar, consolar e interceder por todos, enamoradas del corazón de Cristo