MADRE MÍA
Desde que amanece el día,
bendíceme;
en lo rudo del trabajo,
ayúdame;
si vacilo en mis buenas decisiones,
fortaléceme;
en las tentaciones y peligros,
defiéndeme;
si desfallezco,
sálvame
...y llévame en tus brazos a gozar contigo de Jesús en el cielo. Amén.