SÁNCHEZ GONZÁLEZ, FRANCISCO JAVIER
Presentación, del papa Francisco
Prólogos, de José Luis Segovia (Josito) y Jon Sobrino
Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos (Mt 5,3)
«Esto es una familia»
«Hola, mi amigo, espero estés bien»
Corpus Christi en la cárcel de Navalcarnero
Dignidad personal y comunitaria en la cárcel de Navalcarnero: el Crucificado presente en los presos
En el silencio, los crucificados de la cárcel de Navalcarnero celebran la Semana Santa
Silencio y adoración en la cárcel de Navalcarnero: desde el sufrimiento a la vida
Lecciones de vida del coronavirus: los presos nos descubren su solidaridad
Bienaventurados los que están tristes, porque Dios los consolará (Mt 5,4)
Dichoso los que ahora lloráis, porque reiréis
Cómo me perdono yo
¿Puedo darte un abrazo?
La fiesta de Reyes en la cárcel de Navalcarnero: humanizando la vida en la prisión
Carmen: ya no llorarás más, Dios te abraza para siempre
El dolor de María de la Merced y el de las madres de los presos
Bienaventurados los humildes, porque heredarán la tierra (Mt 5,5)
El Camino de Santiago
el camino de la vida
El padre salía todos los días a buscar a su hijo
Desde la cárcel de Navalcarnero: el reencuentro con mi familia
Encontraréis un niño en pañales y acostado en un pesebre
Esa viuda pobre ha echado todo lo que tenía para vivir
San Romero de América y el Domingo de Ramos en la cárcel de Navalcarnero
Silencio, dolor y esperanza en la Semana Santa de Navalcarnero
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque Dios los saciará (Mt 5,6)
Gracias por todo el amor que ponéis
Que el Espíritu me ayude a preocuparme siempre de los demás
«Me siento impotente, no sé qué hacer»
La experiencia de la Pascua en la cárcel de Navalcarnero y en la parroquia de la Sagrada Familia. «Está brotando algo nuevo, ¿no lo notáis?»
La humanidad de Dios en la cárcel de Navalcarnero
Bienaventurados los misericordiosos, porque Dios tendrá misericordia de ellos (Mt 5,7)
Arrepentirse en el cuarto de la basura
Que las ausencias de estos días sean preciosos recuerdos
«Siento un fuerte escalofrío»
Bienaventurados los que tienen un corazón limpio, porque ellos verán a Dios (Mt 5,8)
Compartiendo solidaridad en la cárcel de Navalcarnero
«Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso»
Hoy ha llegado la salvación a esta casa
Lágrimas redentoras llenas de vida y de Dios
«Yo no puedo más
hazlo tú»
El Dios de la vida te espera, te acoge y te abraza para siempre
Dios Padre-Madre en la cárcel de Navalcarnero
Adviento en las familias de Navalcarnero: de la derrota a la esperanza
Ahora siento que soy hijo de Dios
Dios quiere que todos seamos felices
Solo necesito cariño, y tú me lo das cada vez que te veo
Bienaventurados los que construyen la paz, porque serán llamados hijos de Dios (Mt 5,9)
Navidad en la cárcel de Navalcarnero: pandemia y presencia de la ternura de Dios
Camino de Santiago: una experiencia de familia y libertad
El reencuentro con la esperanza y con la vida
«Que tu Iglesia sea un espacio de libertad, de justicia y de paz»
Esperanzas, ilusiones y sufrimientos de nuestras familias
«La madre de todos nosotros nos visita»
La Sagrada Familia desde la cárcel de Navalcarnero
Adviento en la cárcel de Navalcarnero: los presos nos transmiten sus esperanzas
Que encuentres la paz definitiva junto a Dios
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos (Mt 5,10)
«Sigue adelante, no te preocupes, yo ya te he perdonado»
«Acerca tu dedo y comprueba mis llagas»
Bienvenido a tu casa
vas a estar como Dios
«Desde lo hondo a ti grito, Señor»
«Dios lo recompone todo»
El amor de una madre salva a su hijo
Jesús no tiene manos
Dolor, solidaridad y esperanza en la cárcel de Navalcarnero
Cuando pedí perdón, sentí que Dios me acogía
Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan, y digan contra vosotros toda clase de calumnias por mi causa (Mt 5,11)
Desde el dolor nos abrimos a la esperanza del amor
«Hizo suyo su dolor»
«Nosotros somos malos, pero vosotros sois buenas personas»
Por encima de todo es mi hijo
«Por ser más débiles nos invitas a tu mesa»
Que encuentres la paz junto a Dios
Dios nos une desde el cariño y la fraternidad
Cuando las lágrimas son redentoras
Encuentro de familias, presos y voluntarios: dolor, esperanza y futuro
Dad gratis lo que habéis recibido gratis
Cuando se sufre por amor
Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo (Mt 5,12)
Aleluya cantará quien perdió la esperanza
Cárcel de Navalcarnero: mi altar y mi cielo
Ellos me ayudan cada día a seguir adelante
Desde mi casa cómoda: mi cárcel por unos días, solidaridad, aislamiento y esperanza
«Sentí que Dios me sacaba del pozo»: aniversario del martirio de Mons. Romero
«Tengo una herida muy grande abierta»
Ya no hay esclavos ni libres, hombres ni mujeres
todos somos hijos de Dios
Cambio, esperanza y mirada al futuro
«Le pondrá por nombre Emmanuel, que significa Dios con nosotros»
La misericordia de Dios en la cárcel de Navalcarnero
Familias y cárcel: compartiendo experiencias de dolor y vida
El para dirige un mensaje a los presos
«Agradezco al padre Javier su apostolado en la cárcel y, en él, a los agentes de pastoral, a los voluntarios, a los profesionales, a las familias y a todos los que se animan a ir al encuentro de quienes están en prisión, para ayudarlos a reinsertarse luego en la sociedad con la dignidad que nadie puede quitar, la de ser hijos de Dios.
Queridos amigos, así como otras veces les invité a retomar esas páginas del evangelio en las que se encuentran las bienaventuranzas y les propuse releerlas varias veces, para poder vivir hasta el final un programa de santidad que va a contracorriente respecto a la mentalidad del mundo, hoy también me permito invitarles a leer estás Bienaventuranzas desde la cárcel y dejar que ellas nos ayuden a entrar en el corazón misericordioso del Padre, que quiere que todos seamos felices y que nos animemos a soñar con un mañana mejor». Papa Francisco