GRESHAKE, GISBERT
Prólogo
1. Recorrer el camino
1. ¿Qué sucede cuando caminamos? Breve fenomenología del camino
2. Ejemplos del pasado y del presente
3. Breve digresión sobre la peregrinación
4. La vida como camino
5. Recorrer el camino de Dios
6. Jesús, el camino
7. El camino para los primeros cristianos
2. Desviarse del camino
1. ¿Desvíos o caminos?
2. Tanto como si estás bien encaminado como si has tomado un desvío: ¡sigue caminando!
3. «Digo sí a mis desvíos» (Hans Schaller)
3. Caminar su viacrucis
1. El viacrucis concebido como muchos y como uno solo
2. Sobre el surgimiento del viacrucis litúrgico
3. Caminar su y nuestro propio viacrucis
4. Propuestas espirituales para seguir el viacrucis
Estación 1: Jesús es condenado a muerte
Estación 2: Jesús carga la cruz sobre sus hombros
Estación 3: Jesús cae bajo la cruz
Estación 4: Jesús se encuentra con su madre
Estación 5: Simón de Cirene ayuda a Jesús a llevar la cruz
Estaciones 7 y 9: Jesús cae por segunda y tercera vez cargando la cruz
Estación 10: Jesús es despojado de sus ropas
Estación 12: Jesús es clavado en la cruz y muere en ella
Estación 15: el Resucitado se encuentra con los discípulos de Emaús
Breve resumen
Índice onomástico
Índice de referencias bíblicas
Bibliografía
Muchos se preguntan si algunos fenómenos de nuestra sociedad no estarán relacionados con el hecho de que la gente ya no emprende viajes largos, no camina ni sale de excursión, y tampoco tiene la necesidad de buscar el movimiento con el cuerpo. Podríamos remontarnos al debate de qué fue antes, si el huevo o la gallina, es decir, si los problemas humanos conducen a carencias corporales o si la falta de movimiento es la que lleva a otra serie de problemas psicológicos. En cualquier caso, merece la pena analizar el significado antropológico y espiritual de caminar.
El alma se expresa y se completa en el cuerpo, donde nuestra vida espiritual más íntima se hace carne y, por consiguiente, adquiere la posibilidad de influir en los demás. Asimismo, el cuerpo y todos sus procesos internos, externos e interrelacionados con él afectan al alma, moldeándola, transformándola, otorgándole madurez y perfección o, por el contrario, llevándola a la decadencia y a la ruina.