DE JESÚS, DIEGO
Prólogo. Un libro de arena1. Un todo y un tono2. El candor que alivia3. Aliviar la tristeza4. «Príncipe» viene de «principio»5. El mal como lo sin sentido6. Domesticar: hacer morada en el otro7. El poder de los ritos8. Ver de corazón lo esencial9. La ciudad secundaria10. «Original» viene de «origen»11. La canción de la roldana12. Descenso y ascenso, salida y regreso13. El silencio14. Ocio y negocio15. Tiempo y espacio16. La amistad17. Palabras que danzan18. Lo pequeño que salva19. El amor conoce20. Morir sin hacer ruidoEpílogo. El principito, ¿vuelve o no vuelve?
Se cumplen en estos días ochenta años de la publicación de El Principito. Tal vez sea muy pretencioso, pero no sería menor el homenaje si los lectores pudieran constatar que la oxidada polea que saca agua del pozo del desierto sigue susurrando su melodía: es la canción de la roldana; también ella cumple ochenta y canta como en su más fresca juventud. Hay deleitosa hermosura en su añosa melodía.Y de eso se trata: de deleitarse en la belleza de una melodía. Al cabo, en las reflexiones que abordaremos estaremos ensayando siempre variaciones sobre el mismo tema. Qué bien que hace lo bello y qué fácil se aprende cuando es con fruición.
Esta obra intenta poner por obra la legendaria consigna de Horacio: docere et delectare, enseñar disfrutando.