DOMÍNGUEZ PRIETO, XOSÉ MANUEL
Presentación
I. El profesor cristiano
1. ¿Llamado a educar?
1. ¿Qué hago cuando educo? ¿A qué me dedico realmente siendo profesor?
2. El profesor como persona llamada
3. La llamada del profesor cristiano
2. La fe del profesor cristiano
1. La fe como acontecimiento central en la vida
2. El educador cristiano lleva su fe a su actividad docente. Por eso la comunica
3. La escuela cristiana es lugar de encuentro, de estudio y de oración
4. En el profesor cristiano, el acontecimiento de la fe se hace cultura
3. Educar en sabiduría. La sabiduría del logos cristiano
1. Saber y sabiduría
2. El óctuple camino de la sabiduría cristiana: las bienaventuranzas
3. El docente como testigo
II. Profesor cristiano y alumno
4. La educación como tarea antropológica. ¿Quién es la persona?
1. Diversos modelos de ser humano personalizadores y despersonalizadores
2. Qué es educar en perspectiva cristiana
3. ¿Quién es la persona?
5. Educación integral y plenitud de la persona
1. Educación de la dimensión psíquica de la persona
2. Educación de la dimensión corporal de la persona
3. La dimensión espiritual de la persona y su educación
4. Crecimiento hacia la plenitud
6. El encuentro profesor-alumno como acontecimiento educativo
1. Profesor-agricultor y profesor-empresario
2. Entregamos los hilos al tapiz de nuestros alumnos mediante el encuentro
3. La estructura del encuentro: el diálogo
4. El profesor acoge y acepta al alumno tal cual es
5. El profesor se dona al alumno
6. El profesor como modelo
7. ¿Cómo miro al alumno?
7. Educar es proponer y acompañar el sentido de la vida
1. La llamada como fuente de sentido
2. Lo que acontece como fuente de sentido
3. El encuentro como fuente de sentido
8. Las actitudes y competencias del educador
1. Las disposiciones del educador
2. Las competencias adquiridas del educador
III. Acompañamiento espiritual y evangelización
9. El acompañamiento espiritual del alumno
1. Los ámbitos de lo espiritual
2. Educación en las fuentes espirituales
3. Métodos concretos de acceso a las fuentes interiores
10. La educación religiosa como plenitud de la educación espiritual
1. Buscar el Reino, y lo demás se da por añadidura
2. Oración
3. Eucaristía
4. La escucha atenta de la Palabra
5. La vida comunitaria
11. El docente como evangelizador. La nueva evangelización
1. ¿Cómo se realiza la evangelización?
2. Sentido profundo del anuncio desde la perspectiva cristiana: el anuncio del Reino
3. Anuncio, vocación personal y plenitud: «Os he llamado para que deis fruto»
4. Característica del evangelizador
5. La nueva evangelización
IV. Educar desde la realidad y para la realidad.
Acción y compromiso social
12. Educación cristiana en un contexto de economía y política estructuralmente injusto
1. Denuncia: la globalización de la injusticia
2. Anuncio: alternativas económicas y políticas en clave personalista
3. Un marco de propuesta para la acción: la doctrina social de la Iglesia
13. Educación para el compromiso
1. El compromiso por una sociedad libre y justa, una sociedad para las personas
2. Qué es compromiso
3. Vivir como persona es estar comprometido
4. Características del compromiso
5. Pedagogía del compromiso y la responsabilidad
Epílogo. El profesor cristiano
Esta obra ha sido concebida para todos los profesores cristianos: los que viven latiendo en el corazón de la fe y los que se han enfriado, los que están trabajando en colegios religiosos como los que ejercen en centros públicos, los profesos en una orden religiosa o los padres y madres de familia, los jóvenes y los mayores. La propuesta es para todos ellos, porque lo que supone ser cristiano y profesor les es común.
El libro consta de cuatro partes. En la primera se aborda el «quién» de un profesor cristiano y qué supone para la docencia su identidad como tal. Luego se presenta el análisis -desde una perspectiva más antropológica- de la docencia cristiana en la relación con el alumno. En tercer lugar se considera cómo puede el profesor cristiano acompañar espiritual y religiosamente al alumno y, vinculado a ello, la manera en que el profesor se convierte así en evangelizador. En cuarto y último lugar se trata sobre el modelo de sociedad para el que educamos, y cuáles son los signos de esperanza que el profesor cristiano puede realizar y promover para recrear una cultura y una sociedad en clave evangélica.