GROSSO GARCÍA, LOURDES (ED.)
Hablar de fidelidad puede parecer utópico, ilusorio o, cuanto menos ingenuo. Y, sin embargo, negar la fidelidad contradice y hace imposible la consagración. Hoy, más que nunca, es la hora de la fidelidad. De describirla, proclamarla, enseñarla y sobre todo vivirla.
La fidelidad es una forma de ser, una forma de vivir en lo cotidiano que ha de caracterizar a todo cristiano y de forma especial a los consagrados. Formar para la fidelidad es formar para la libertad y la responsabilidad, pues libertad y fidelidad no se oponen, más bien se sostienen mutuamente.