LÓPEZ VILLANUEVA, MARIOLA
Introducción I. «Siempre he deseado que alguien viniera y me tomara de la mano» (Etty Hillesum) Regalarnos una tarde Adriana y los quesos Es tiempo de crear Con los ojos agrandados Leer otras vidas Reencender la risa Alguien nos lleva II. «Tú serás siempre esa mujer sin edad, lista para compadecerlo todo» (Christian de Chergé) El cine y la vida Nuestro Valedor Dadores de alas Amorosa luz La esperanza invencible Identidad en camino Silenciamiento y amor III. «No has de destruir nada que, aunque sea de lejos, tenga algo que ver con el amor» (De Piet a su amigo Egide Van Broeckhoven) Canciones para el viaje El shabbat del verano La fiesta de la recolección Vidas compartidas Recogiendo colores Contenta, Señor, contenta Un trozo de esa historia IV. «Atrae todo hacia ti en nosotros... Dilata nuestro corazón para que quepan todos» (Madeleine Delbrêl) Discreta y generosa resurrección Lazos de resiliencia Aprender a parar La mirada de Renoir Mapas hacia la fuente Volver a casa Madeleine Delbrêl V. «Te agradezco sentir una amplitud tan grande en mí, ya que esa amplitud no es otra cosa que estar colmada de ti. En mi vida hay sitio para muchas cosas» (Etty Hillesum) Un poco de ti Rostros que salvan Nuestro quinto evangelio Cosas que importan El relato de Nicolás Oxigenar la vida Mujeres sanadoras VI. «Que sepamos ver las maravillas de humanidad que viven los más pobres, el rastro de Dios en ellos» (André Depierre) Sabernos esperados Nuestras maestras Líbranos de las tres ces El máximo don Trayendo rostros Frecuentar al Proveedor La bondad de las palabras VII. «Todos hemos conocido la larga soledad, y sabemos que la única solución es el amor, y que el amor viene con la comunidad» (Dorothy Day) La luz de Hélène Los besos y los trabajos Rostros sagrados Mujeres que revierten la historia Suposiciones Girar la vida Tanto por abrazar VIII. «Guarda en ti la humedad, no vaya a ser que, si te endureces, pierdas las huellas de sus dedos» (Ireneo de Lyon) Desde el otro lado El amor nos hace bien Gestos que gestan David, el chimpancé Principiantes Buenas naranjas De dos en dos IX. «Siempre he sabido que en el fondo del corazón de todos los seres humanos hay misericordia y generosidad» (Nelson Mandela) Vidas con pausa De despedidas y disposiciones Accesibles Estrenándonos ¿Conseguiste lo que querías? Una parada antes Rostros para la misericordia X. «Tenemos que hacernos como "niñas" para seguir recorriendo el mundo» (Hermanita Magdeleine de Jesús) Cinco dirhams Urge sanarnos El verano y los niños Colombia La vida empieza Disfrutar el Evangelio Compartiendo asiento
Los relatos que conforman este libro han ido surgiendo de la evocación emocionada de experiencias y rostros a lo largo de los últimos años. Los textos se agrupan de siete en siete con citas que han sido significativas para la autora: ¡cuánta vida y cuántos encuentros extraordinarios! Una vez más, lo recibido desborda lo imaginado. Conversaciones, anécdotas que se iluminan, paisajes, lecturas, películas compartidas..., momentos de desazón y de contento, y sencillas escenas cotidianas que abren a ese libro de la vida en el que somos constantemente iniciados a través de otros rostros. Son relatos que nacen en el marco de la vida en comunidad, pero que se extienden más allá, porque tratan de lo humano cotidiano, donde todos podemos encontrarnos. De la belleza y de la fragilidad que nos constituyen, de nuestro anhelo de amar y de lo tremendamente torpes que nos sentimos para expresarlo. Y de ese gran Amor que quiere abrazar nuestra pobreza.