ANDUEZA SOTERAS, JOSÉ MANUEL
Índice:
Y tú, ¿dónde habitas? tres historias con moraleja
Primera historia
Segunda historia
Tercera historia
Moraleja
Sobre el sentido y lo correcto
El camino de la vida compartida
La vida
La pregunta por el sentido de la existencia
Un qué o un quién
La pregunta por el ser humano
El Reino como horizonte
El derecho a buscar el sentido de la existencia
El lugar vital
Pistas que ayudan
Itinerancia
Vida de Jesús
Marginalidad
La respuesta desde la ética de lo correcto
La conciencia formada
Una ética marcada por la praxis
Porque es lo correcto
Adorar a Dios en espíritu y en verdad (Jn 4,23)
Romper barreras
Lugares de búsqueda
Superar nuestros miedos
Abrirse a la sorpresa
Acerca del espíritu y la verdad
Habitar la realidad o desde dónde una teología para hoy
Indagar los espacios de nacimiento teológicos
Gritos bíblicos
Recorrer nuestras fuentes
Descubrir la realidad
Dar palabra a la realidad
Habitar la realidad en la profundidad de la vida
Cuando la realidad nos habla: construir
Leer la vida: cultivar
Búsqueda de la plenitud existencial: cuidar
Realidades que nos habitan
El mundo de las migraciones
El mundo del feminismo y más
El mundo de la ecología
El mundo de los sin mundo
El mundo vulnerable
El mundo eclesial
El clericalismo
La liturgia
El problema pastoral
El drama de los abusos
El mundo de los que no reconocen ciertas palabras
Epílogo. Y tú, ¿dónde tienes que habitar?
El encargo a los discípulos: enviados
El encargo a los discípulos: enseñad lo que os he mandado
El encargo a los discípulos: la esperanza de estar acompañados por Jesús
La mirada final puesta en tus ojos
La pregunta por el sentido de la existencia es, en primera instancia, una pregunta por el ser humano. Qué es el ser humano, quién soy yo como ser humano. Exige ir al fondo de uno mismo, superar una primera lectura externa para adentrarnos en los laberintos existenciales que nos obligan a repensarnos. Se trata de una pregunta que no se contesta con una respuesta, sino que obliga a seguir generando nuevas preguntas. Preguntas generadoras que nos abocan a un movimiento. Por eso las llamamos «generadoras», porque generan nuevas preguntas, nuevos caminos, nuevas perspectivas, nuevos horizontes Generan un movimiento, un ponerse en camino. Se trata de aprender a leer la realidad, a ir más allá de una primera visión o lectura para encaminarnos hacia nuevas posibilidades de comprensión y de existencia.