MATTEO, ARMANDO
Introducción . Carta al cardenal Martini
1. Hay un retraso, y se percibe
Un enfado justificado
El engaño del «mundo que cambia»
El otro lado del mundo
Los adultos ya no son los de antes
Todo es juventud, la juventud lo es todo
Hemos perdido la confianza de las mujeres
Para los jóvenes, la religión es completamente una cuestión de poder político
Ya no hacemos cristianos
2. Qué salvación para el hombre de hoy
Tomarnos en serio el retraso
Grandes posibilidades
Tiempo para el placer
Paradójicas contradicciones
No descansarás
El final del consuelo
Ahorro de energías
Recordad la meta
La dulzura que salva
3. Liberar el corazón para el cambio
Para no morir hay que cambiar
Para cambiar hay que «morir»
Resistencia 1. Preservar la tradición
Resistencia 2. No perder la identidad
Resistencia 3. La mordedura del resentimiento
El cristianismo recomienza siempre 1. De Jesús a los evangelios
El cristianismo recomienza siempre 2. De los evangelios a Platón
El cristianismo recomienza siempre 3. De Platón a la peste negra
¿Qué Iglesia deseamos de verdad dejar como legado?
4. Signo del Dios-Amor en la tierra del bienestar
La Iglesia que vendrá
Después del encuentro
Lugar de la Palabra
Lugar de la oración
Lugar de la celebración
Lugar de la cercanía
Salvar la tierra del bienestar 1. El poder de la mansedumbre
Salvar la tierra del bienestar 2. El destino de la libertad
Salvar la tierra del bienestar 3. La alegría de dar alegría
5. Francisco es el camino para recuperar el retraso
Las cenizas, las brasas y diez interrogantes
¿Qué tal va tu imagen de la fe?
¿Eres un cristiano feliz de ser cristiano?
¿Conoces a Greta?
¿Tienes suficientemente claro que el nombre de Dios es Misericordia?
Está muy bien invocar a san Rómulo, pero ¿tienes alguna palabra cristiana sobre el amor?
¿En qué momento de tu canonización te encuentras?
¿Cuánto echas en falta a los jóvenes que faltan?
¿Tienes aún algún sueño para tu Iglesia?
¿Tienes un sueño de fraternidad para este mundo?
¿Qué ha pasado con tu inquietud?
¿Qué puedo hacer yo por la Iglesia?, se pregunta el autor de este libro, y se responde: desafiar, una vez más, al intelecto y al corazón de los creyentes #y en particular de sus pastores# para que sigan el ritmo de la historia común en la que todos nos encontramos; recordarles, con todas mis energías, que el testimonio cristiano sobre la belleza, la alegría y la verdad incomparables, que hallamos constantemente en el encuentro con el Señor Jesús, debe encontrar, precisamente en este momento de la historia, una clara y convincente confirmación, capaz de «hacer mella» en la mente y en el corazón de nuestros contemporáneos; fomentar el valor necesario para la transformación pastoral, que es absolutamente crucial en este momento.